¡Hola, viajeros! Hago esta entrada distando un poco de la rutina de las reseñas. Muchos de ustedes me han preguntado de cómo incursioné o fui a parar en el mundo de la literatura, y aquí pienso decirle, más o menos cómo fue mi camino hasta aquí.

Fue exactamente el 18 de noviembre del año 2014. Ese día me sentí
motivado para iniciar y terminar satisfactoriamente un libro, pues la
mayoría de los que leía, pocos, resultaba dejándolos a un lado, y
culpaba a mi mente por no tener la agilidad y por ser, en parte, floja;
la mente nunca fue floja, siempre quizo ser activa, sino que eran esos
géneros los que llegaban a echar para atrás en su afanoso acto lector.
Así pasaron mis años en el colegio y una parte de mi vida que dedicaba a
estar libre en su mayoría. pero que nunca a leer libros dedicaría.
Ese día, el ya antes mencionado, me dirigí a la sección literaria de la universidad, y, sin sospecha alguna, fui por la elección del primer libro al que, sin pensarlo, a mis pies caería; así funciona el destino: te topas con lo que jamás pensarías toparte en una búsqueda que era más un interrogante. No busqué yo unirme a la literatura, sino fue la literatura quién me buscó a mí para vivir en su mundo. No elegí yo leer un libro que creería iba a marcar ahora mi rutina, sino fue el libro el que me eligió a mí para que fuese el primero de mi vida. Aunque no parezca literal, sí, el libro cayó a mis pies, esto debido a un movimiento torpe que hice y el que me hizo golpear, sin querer, la estantería, haciendo que el libro sobre mis pies cayera. Cuando me agaché para recogerlo, leí su portada: Los hornos de Hitler - Olga Lengyel, y el cual, sin pensarlo, fue objeto de préstamo bibliotecario, mi primer préstamo y mi primer libro, ¿quién lo creería? ¿podría ser el destino más objetivo?